sábado, 25 de agosto de 2012

Tu sed, mi veneno.



Pasiones quiebran desconsuelo,
cuando rompe a llover.
Es mi colchón o es tu pelo,
todo húmedo ha de ser.

Esperando respuestas
cada noche escribo en papel,
papel con que acaricio,
y, dormida, recorro tu piel.

Siempre sabes de mi vuelta.
Sabes que nunca me "iré".
Mi cintura está traviesa,
quiso jugar contigo ayer.

Y no dudes mi deseo
adivina de mi miel.
Yo agradezco tu hambre,
ven y quitate la sed.







Ana Pecado


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