lunes, 31 de diciembre de 2012

Diálogo

Lo primero de todo:
quiero que tengas claro
que tú eres como el oro
y te quiero a mi lado.

Dices que soy oro, y este,
cual fuego brilla y arde...
No gusto si eso sientes
pues más luce el diamante.

Pues me serás diamante,
la más preciosa piedra.
Ansiada en todas partes,
buscada en toda tierra.

Dices que soy diamante,
no quiero serlo, no...
¿Para cuando te canses
pudrirme en un cajón?

Pues me serás el sol,
la luz incandescente.
El más puro calor
que perpetuamente hierve.

¿Dices que soy sol? mira:
no me hace estar conforme,
de mí te olvidarías
al irme en cada noche.

              ...

Podrías serlo todo,
desde principio a fin.
Da igual  sol, diamante, oro...
si siento amor por ti.




Rafael Eduardo

martes, 25 de diciembre de 2012

Irreemplazable mujer.


Una sonrisa escondida bajo su inocencia.
Es juventud pero irradia lo vivido.

Pocos son capaces de adivinar su luz.
Sólo a quienes llaman ciegos pueden verla.

Acompaña aún lejos y rodeada por cientos...
Su triste mirada transmite... su irreemplazable calidez.
Su frágil tez despista su fuerza.

Su desnudo sorprende curvas sin fin que llevan al va y ven.
Él teme su pasión, su dulzura y su inocente mirada envolvente.




Nadie supo desnudarla de aquella forma.




Ana Pecado

domingo, 9 de diciembre de 2012






Siento como se me hiela el cuerpo.

Mi corazón parece querer decirme algo,
está inquieto y aporrea con fuerza el pecho.
Mis manos buscan algo que palpar.
Mi cuerpo ya no necesita calor.
Hoy somos yo y el mundo.

Siento como se me hiela el cuerpo.

Mi mirada parece no decir nada.
Mis piernas cierran en calor por miedo.
Sólo me queda gritar.
Convulsiones repetidas terminan dañando.
Hoy somos yo y el mundo.

Siento como se me hiela el cuerpo.

La piel se esconde bajo corteza dura.
Se dilata y llora ingenuo.
Yo cierro los ojos imaginando ese lugar.
Quiero escapar... aunque siga sintiendo frío.


Ana Pecado


sábado, 1 de diciembre de 2012

Dos mitades


-En el amor,alguna que otra vez me he equivocado,
pero como fallo en todo ya estoy más que acostumbrado.
Hay quien desea robarle a las estrellas hasta el brillo,
yo prefiero conquistar princesas antes que castillos.
¿Tú nadas entre sirenas o bailas con vampiresas?
¿son tus curvas o tus ojos lo que me hacen de ti presa?

-No son curvas, ni miradas.
Es el suavón azúcar que adivinas a lo lejos.
Ni te atrevas a esquivarlas.
Te buscamos varón sin nombre en pensamientos.
No te engaño si te digo que lo callan las mujeres.
Que te buscan a escondidas y que esperan tu descaro.
Son juegos, que se dice, que alegran los días.
Perdona si no callo como hace la que miras...

-Óyeme mujer de ensueño que paseas por mi mente:
arde mi alma y cada verso por las ganas de tocarte.
Tú que habitas en las ansias de los hombres que te sienten
tan lejana frente a frente y tan cercana allí en sus artes.
Tú, que siempre vuelas libre,
tantos quieren encerrarte.

-No sabrás donde encontrarme.
Vuelo libre como dices sin límites en cadera.
Deseo al hombre que me ansía como tu las carnes de sirena.
No desarmes, no te pierdas, ves de lejos nuestras artes.
No descartes, no pierdas, lucha por desnudos suaves.

 -Solo si es el tuyo,
pero intuyo que lo sabes.