viernes, 29 de junio de 2012

Olvido.




Calmando sentidos,
vuelvo a llantos sin abrigo.
Olvido tu tacto, alejando mi oído,
pero tu voz a lo lejos, los deja intranquilos.






Ana Pecado

viernes, 22 de junio de 2012

Pasan los tiempos y recuerdos


Pasan los tiempos y recuerdos
y veo que el instante es tan frágil,
tan efímero como los sueños
y como el fuego intangible
que incansable se consume
mientras la arena se precipita
pasando uno, y otro, y otro lunes...
y pasando calendarios.
Se vuela la vida como
esa distante estrella fugaz
así que trata que como el oro
brille su súbita estela.
Siguen los vientos a prisa
precoces devorando segundos
y aunque no sientas que te lastiman
te aproximas con cada uno
al descanso indescriptible
del que no se puede regresar,
donde algún día habré de irme
y obviamente: también tú.


Rafael Eduardo

sábado, 16 de junio de 2012

Verde, blanca, y mierda


Esta es una tierra que se debate
entre tanta pena como alegría,
la navegan bien botes como yates.
Hablo de mi Andalucía

Donde se extienden los campos de olivo
cultivan más la corrupción hoy día,
donde conviven humildes y altivos.
Hablo de mi Andalucía

Yo deseo que llueva en un futuro
para limpiar toda la porquería
que frente al sol hacen tu nombre oscuro,
mi querida Andalucía.






Rafael Eduardo

lunes, 11 de junio de 2012

¡Ay, Pasión!


Sin más que vacío,
lleno días de nostalgia con nada.

Ansío tu mirada tímida y espabilada,
que me deja saber y ser deseada.

Estudio tu ser desde lejos en bragas,
siendo en frasquito tu huella enmarcada.

Ni lejos, ni cerca, y solo con ansia,
despierto el aliento, pensándote, zángana.

Tiemblen los ojos que dan de abrigo,
tiemblen las manos que buscan castigo.

Prohibido tu ser señora que apaga
las frías haciendas de oro, baratas.

Envidio caricias egoístas, ignoradas,
que me dejan desear, sabiendo de mis ganas.



Ana Pecado

martes, 5 de junio de 2012

Fuera tapujos.



Quiero esos gestos de locura que pides que no mire 

y la anormalidad asfixiando mi cuerpo.


Pensarnos es... 

saber de la amargada existencia de nuestro pecado escondido.





Ana Pecado