domingo, 29 de julio de 2012

Mentira


Lo que la palabra miente al oído
lo desmiente a los ojos la mirada.
La palabra, si es hueca y sin sentido,
se rechaza y es por el viento arrastrada.
Queda perdida en lo más hondo
de la más profunda nada.













No me engañes, ¡no!, y menos a tí mismo.
Pobre el que padece de hablar incierto.
De tu mente a tu boca: ¡cataclismo!
Cultivas falsas con labios por huerto.
¿Qué eres si no eres tú mismo?
Encuéntrate. Te lo advierto.


Rafael Eduardo

miércoles, 25 de julio de 2012



"Perdida entre sueños de desconocidos camino descalza,
con cicatrices despierto arropada.
Despierto sabiendo del fin de la amapola y el fin de tus ganas.
Despierto cansada..."





Ana Pecado

lunes, 23 de julio de 2012

martes, 17 de julio de 2012

Aves de España

Los albatros vuelan desorientados
sin dar con una dirección conjunta.
Todas las palomas han emigrado,
nadie sabe a dónde... ni lo pregunta.

Mientras, los loros con su letanía
no dejan de emitir huecos sonidos,
falsos y corruptos...-Desconfía,
habita la mentira en sus graznidos-.

El águila imperial se eleva altiva
sobre aquellas aves que en remolino
se agitan y chocan, casi no vivas,
náufragas en el aire sin destino.

Y no ocurre que estén las alas rotas
o que el pico esté desgastado o romo,

Rafael Eduardo

sábado, 14 de julio de 2012

¿Miedo?

Maldita sea la decepción.
Nadie juraría haber odiado amando...
Cuando en llanto se quiere pasado abrazo,querido olvidar.
Odio a resignación tras decisiones que nunca sabremos si fueron a bien o mal.
¿Y que se yo? Si no es poesía lo que en palabras plasmo. No es más que sentimiento. 
Mi sentimiento. 
Y es ese sentimiento mi poesía.






Ana Pecado

lunes, 9 de julio de 2012

Para el hombre que más siente.




Frialdad, rechazo indirecto.
Actos que insinúan tu mentira ahogada.
No eres quien cambia el mundo.
Eres quien lo estanca.
Tu no eres tu arte.
Tu arte es tu máscara.  

Ana Pecado

jueves, 5 de julio de 2012

Acompáñame siempre


Sólo te pido que me acompañes
como las estrellas a la luna,
no faltes por donde quiera que ande,
se visible incluso hasta en la bruma.

No te escondas, no me evites, no,
que nos unen lazos irrompibles,
estate siempre a mi alrededor
ya sea en desiertos o en jardines.

Que no falte nunca tu palabra
grata a la vista como al oído,
no importa dónde, sólo dala.
Mañana en el mangle. Hoy entre olivos.

¡En la más alta montaña
o en el fondo submarino!

Impregna mis aires con tu esencia
asesina como milagrosa,
pues bien iluminas ¡o hasta incendias!
pupilas si a los ojos te asomas.

Nunca desaparezcas del todo,
colma mis pulmones si respiran,
brota de los labios, de los poros
y guía mis pasos si caminan

Quédate siempre, siempre a mi lado,
cuando rebrote en el alba el sol,
cuando se marchite en el ocaso
y el cielo se integre al exterior.

Muéstrame dónde está tu halo
¡con tu silencio! o tu voz...


Rafael Eduardo